Hace ya un tiempo, que desde la farmacia, venimos observando un incremento de prescripciones de vitamina D en adultos. En el caso de los niños es algo habitual, ya se les pauta a todos su administración en forma de gotas desde el nacimiento. Este incremento se debe  a que el 60% de la población adulta y el 80% de los ancianos tienen déficit de esta vitamina en mayor o menor grado. 

La vitamina D pertenece al grupo de las vitaminas liposolubles y se almacena en el tejido graso de nuestro cuerpo. Juega un papel importante ya que, entre otras funciones, ayuda a fijar el calcio en nuestros huesos.  

La cantidad diaria recomendada es de 400 UI para bebés hasta 12 meses, de 600 UI de 1 a 70 años y para mayores de 71 aumenta hasta 800 UI. 

Pero ¿dónde podemos encontrar esta vitamina?

Tenemos tres posibles fuentes: 

  • a través de la exposición solar de nuestra piel
  • de los alimentos que ingerimos en nuestra dieta
  • de suplementos alimenticios

Se ha visto que, en primavera, otoño y verano, es suficiente con exponer al sol cara, manos y brazos durante un tiempo entre 5 y 15 minutos para mantener los depósitos de vitamina D en los niveles adecuados (en invierno sería necesario aumentar este tiempo por la disminución de la radiación solar). En cuanto a los alimentos ricos en esta vitamina, serían los pescados grasos, hígado, queso, hongos y la yema de huevo. Si no podemos exponernos diariamente al sol y no podemos consumir los alimentos anteriormente descritos, nos queda la opción de los suplementos de vitamina D que se encuentran en la farmacia en cualquiera de sus formas.

El hecho de tener unos niveles bajos de esta vitamina ocasiona pérdida de densidad ósea, osteoporosis y riesgo de fracturas, en adultos. En el caso de los niños, provoca raquitismo, pero es muy poco frecuente.

Las causas de este déficit son variadas, pero entre otras: una dieta pobre en los alimentos anteriormente descritos, problemas de mala absorción (enfermedad Crohn, celiaquía…), baja exposición solar, problemas hepáticos y/o renales o toma de medicamentos que interfieren en la absorción de vitamina D como son los corticoides, antimicóticos y anti-VIH. Además, las personas con la piel oscura sintetizan menos vitamina D.

Como ya hemos dicho que esta vitamina se acumula en nuestro cuerpo, tampoco debe hacerse un consumo excesivo de ella. Esto podría ocurrir si no respetamos la pauta indicada en el caso de los suplementos prescritos por el médico, ya que se ha comprobado que por exposición solar nunca se va a producir un acúmulo excesivo de este micronutriente.