Con la llegada del otoño, los cambios bruscos de temperatura y el aumento de la humedad predisponen a un incremento en las infecciones respiratorias. El descenso de las defensas naturales y el paso de espacios al aire libre a ambientes cerrados favorecen la propagación de virus y bacterias responsables de estas enfermedades. A continuación, te explicamos qué son, cómo prevenirlas y cómo tratarlas.

¿Qué son las infecciones respiratorias?

Las infecciones respiratorias son enfermedades que afectan las vías respiratorias superiores (como el resfriado común o la faringitis) o inferiores (como la bronquitis o la neumonía). Los virus más comunes, como los rinovirus y el virus de la gripe, encuentran en el otoño un entorno propicio para propagarse. Además, las bacterias como el estreptococo también pueden ser causantes de cuadros más graves.

Síntomas más comunes

Las infecciones respiratorias suelen comenzar con síntomas como:

  • Congestión nasal
  • Dolor de garganta
  • Tos
  • Fiebre
  • Dolor muscular
  • Dificultad para respirar (en casos más graves)

Factores de riesgo en otoño

El otoño se caracteriza por un clima inestable, con temperaturas que varían considerablemente a lo largo del día. Estas fluctuaciones alteran nuestra respuesta inmune y favorecen el desarrollo de infecciones. Otros factores de riesgo incluyen:

  • Estrés
  • Falta de sueño
  • Deficiencias nutricionales (baja en vitaminas como la C y D)
  • Exposición a ambientes cerrados y mal ventilados

Prevención

Prevenir las infecciones respiratorias en otoño es posible si seguimos algunos hábitos saludables:

  • Lavado de manos frecuente: Evita la propagación de virus y bacterias
  • Buena hidratación: Mantén las mucosas hidratadas para evitar la sequedad y la irritación de las vías respiratorias. Beber líquidos tibios, como infusiones o caldos.
  • Vacunación contra la gripe: Esto es especialmente recomendable para niños, mayores y personas con enfermedades crónicas.
  • Uso adecuado de mascarillas: sobre todo en espacios cerrados si estás enfermo o en contacto con personas vulnerables.
  • Ventilar los espacios: Aunque haga frío, ventilar las habitaciones ayuda a reducir la concentración de patógenos en el aire.
  • Descanso: El cuerpo necesita recuperarse, por lo que es fundamental reposar.

Productos recomendados:

  • Vitaminas y minerales: Vitamina C, zinc.
  • Probióticos: Para fortalecer la flora intestinal.
  • Aspiradores nasales: Para bebés y niños pequeños.
  • Humidificadores: Para aliviar la sequedad nasal.

Tratamiento

El tratamiento de las infecciones respiratorias dependerá de la causa. Los virus no requieren antibióticos, pero es importante mantener un buen cuidado general:

  • Para el dolor de garganta: Pastillas para chupar, gargarismos, sprays.
  • Para la congestión nasal: Descongestionantes nasales, sueros fisiológicos.
  • Para la tos: Jarabes para la tos, caramelos para la garganta.
  • Para el dolor de cabeza o la fiebre:Analgésicos o antitérmicos