Los factores de riesgo del ojo seco

El ojo seco es una afección crónica y multifactorial que afecta a la superficie del ojo. Aproximadamente entre un 20 y un 30 % de la población la padece (porcentaje que va en aumento) y que se puede clasificar en varios tipos:
- Evaporativo que se debe a una evaporación rápida de la lágrima.
- Acuodeficiente que presenta una disminución en la producción de lágrima.
- Neutrófico que supone déficit en la inervación de la córnea, lo cual limita la secreción de lágrima
- Neuropático que es menos conocido y sólo puede diagnosticarse a partir de la sintomatología del paciente.
El primero es el más habitual y los dos últimos son poco frecuentes.
En cualquiera de ellos, se van a presentar uno o varios de los siguientes síntomas:
- Ojo rojo
- Sequedad ocular
- Sensación de arenilla
- Cansancio ocular
- Picor o escozor
- Lagrimeo
- Fotofobia
- Irritación
- Visión fluctuante
Los factores de riesgo son muy variados y pueden ser hormonales, edad avanzada, radioterapia o quimioterapia, consumo de antidepresivos o antihistamínicos, alimentación deficiente, enfermedades autoinmunes, cirugía ocular o factores ambientales como la calefacción, el aire acondicionado, la contaminación,…
Frente a estos síntomas, hay algunas medidas que pueden ayudarnos a mejorar esta afección:
- Evitar frotarse los ojos.
- Mantener una buena higiene ocular que evite la proliferación de microorganismos, siendo lo más práctico las toallitas oculares que van impregnadas de productos específicos que limpian sin irritar el ojo.
- Controlar algunos factores ambientales como por ejemplo utilizar con moderación la calefacción o el aire acondicionado, así como evitar ambientes contaminados o con humo.
- Hacer descansos visuales cuando estamos delante de pantallas o leyendo, ya que así parpadeamos con menos frecuencia haciendo que aumente la sequedad ocular.
- Hacer un uso correcto de las lentes de contacto y un buen mantenimiento de las mismas aquellas personas que las utilicen.
Aparte de todas estas medidas podemos tomar complementos alimenticios ricos en OMEGA 3 que se ha visto que pueden mejorar la patología y por supuesto utilizar siempre que sea necesario, hidratantes oculares. Estos complementos podemos encontrarlos en forma de gel o de gotas oculares y estas últimas pueden ser con conservantes o sin ellos.
En caso de llevar lentes de contacto o de padecer un grado de sequedad ocular moderado o alto, se debe optar por estas últimas que normalmente van envasadas en monodosis.