Vamos a daros algunos consejos para que podáis minimizar todo lo posible el riesgo de sufrir estos molestos pinchazos.
Lo primero que debemos saber es que ponen sus huevos en zonas con agua estancada. Algunas especies necesitan muy poco volumen, siendo suficiente, por ejemplo, la que queda en los platos bajo los tiestos después de regar las plantas. En zonas como charcas, pantanos, riberas de los ríos y estanques es donde es más probable que nos piquen, sobre todo al atardecer.
Un dato curioso es que son las hembras las que pican, ya que necesitan sangre para alimentarse y completar su ciclo reproductivo.
La razón por la que son tan molestas sus picaduras es porque en el momento del pinchazo nos inoculan un anticoagulante que les facilita la succión. Nuestro sistema inmune reacciona y provoca esa reacción de picor, inflamación, enrojecimiento, incluso reacciones alérgicas en algunas personas. Todo esto se agrava con el rascado, ya que acabamos produciendo una herida que puede infectarse.