La toma de muestra es nasofaríngea o de esputo. También puede ser de saliva, pero en este caso habría menor presencia de virus por lo que son preferibles las anteriores.
Detecta la presencia de proteína del virus en ese momento y, por tanto, una probable infección en curso.
El test debe realizarse como máximo 7 días después del contacto de riesgo o 5 días después de la aparición de los síntomas. Una vez pasados estos días no estaría indicado hacer esta prueba, ya que podría dar un falso negativo debido a la baja carga viral que sería indetectable por este método.
En caso de un autotest y que el resultado sea positivo, debemos aislarnos y ponernos en contacto con nuestro centro de salud o los teléfonos habilitados en cada Comunidad Autónoma para que nos realicen una PCR.
La lectura de los test rápidos es muy sencilla. Una vez aplicada la muestra según las instrucciones del fabricante y esperado el tiempo pertinente, siempre debemos ver la línea C, correspondiente al control y que indica que nuestro test funciona correctamente. Si vemos colorada una segunda línea (la T), significa que nuestro resultado es positivo.