Antes de nada, conviene distinguir entre dos tipos de tos para saber qué es lo que se debe hacer en cada caso:

Tos seca:

Sucede cuando no se produce exceso de moco (o flema) y es bastante molesta. Se llama también tos irritativa y debemos intentar calmarla para que interfiera lo menos posible en nuestra vida diaria y nuestro descanso.

Las temperaturas demasiado elevadas en nuestra casa no son recomendables.

¿Qué podemos hacer?

  • Se aconseja mantener la temperatura entre 18 ºC y 20 ºC si es posible. También conviene mantener un grado de humedad adecuado, por lo que sí notamos el ambiente demasiado seco, podemos utilizar un humidificador. Además, es perjudicial exponerse al frío si hemos sudado y, por supuesto, fumar, ya que el humo irrita las vías respiratorias.
  • Los caramelos de miel o hierbas pueden ayudar, ya que suavizan la garganta, pero es mejor que no tengan mentol.
  • Si a pesar de todo no mejoramos, podemos acudir a la farmacia para que nos recomienden algún jarabe antitusivo. Por ejemplo, con dextrometorfano.
  • En caso de que el proceso dure más de tres semanas, debemos acudir al médico, ya que se considera crónica.

Tos productiva:

En este caso existe un aumento de la producción de flema, sea una evolución de la tos seca o no, ya que no es raro que se comience con tos seca y que luego se pase a una tos productiva.

¿Qué podemos hacer?

  • En cualquier caso, lo que se debe hacer es facilitar la expulsión de esta flema bebiendo muchos líquidos y, si no es suficiente, recurrir a mucolíticos y/o expectorantes.
  • Un mucolítico actúa disminuyendo la viscosidad del moco para que sea más fácil su expulsión y los expectorantes estimulan su eliminación.